13 diciembre 2006

COMENTARIO DE EXPOSICIONES ORALES:
LAS MÁSCARAS DEL CASO MAPUCHE
(Sobre disertación de Ingrid)
Por María del Pilar Clemente

Si Regis Debray señala que las máscaras mortuorias de la antigüedad representan la transición de la vida a la muerte, que mantiene fija una representación del difunto, en el caso mediático del llamado Conflicto Mapuche, el rol de las imágenes y de las metáforas de la noticia buscan deslegitimar a los mapuches como ciudadanos activos del Chile de hoy. Hasta 1994, fecha de la Ley Indígena que recuperó el nombre y la existencia legal de nueve poblaciones (no pueblo por razones de leyes internacionales)indígenas, la presencia mapuche se mantenía como un "ayer", seres heroicos de la historia, sujetos del primer escudo nacional, cantados hasta por los enemigos españoles (Alono de Ercilla, Pedro de Oña). El Ministerio de Educación se conformaba con que, para las fiestas patrias, quizás para el viejo "Día de la Raza", hoy de "Las dos culturas" (aunque ahora que cambió de nombre casi no tiene cobertura de medios ni es un evento que mueve a los colegios del país). Bueno, antes bastaba con algunos disfraces y recordar. Eran una máscara del ayer, manejable, estática, que se podía incorporar como "parte del pasado; nuestra valentía de hoy". Sin embargo, la existencia "prosaica" de los indígenas en el presente, con reivindicaciones, pobreza, luchas culturales, protagonistas de hechos ambientales, hace que la máscara deje ver al muerto. El resultado puede no ser agradable. De hecho, a otro personaje recién muerto se lo prefirió cremar, para que la máscara jamás fuera violada.
En la Mediósfera actual, es decir, en el espacio donde los medios fabrican creencias, legitimadas por el Estado, se tensiona la imagen mapuche: esa violencia guerrera de ayer, hoy es terrorismo. El estigma sigue presente, más aún, cuando el sujeto civilizador era el conquistador español. Símbolos y máscaras que chocan con otras metáforas. Para el grupo más conservador de Chile, las máscaras heroicas de los españoles también está en pugna: no perdonan que hayan sido los propios hijos de la Madre Patria de la cultura "civilizada", los que no hayan reconocido al General héroe, mejor dicho, a su máscara, pues su cuerpo son cenizas.
Los pueblos indígenas no se pueden reducir a cenizas. El estigma es más fácil. Así, forman parte de los excluidos, en este caso, de un grupo que "debió quedarse en la historia", como lo dijo en otras palabras, el historiador Sergio Villalobos. Como dice Regis Debray, pasaron a la invisibilidad medial y a la fragmentación del eterno presente. ¿Quién tiene tiempo de entender lo que es el conflicto mapuche? Más aún, si no quieren ponerse la otra máscara más alegre que los medios usan para otros grupos indígenas: el disfraz turístico, más vendedor, más espectacular.

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