13 diciembre 2006

El totalitarismo de la imagen. (Luis Aravena Vargas)

La guerra de Irak, además de las consecuencias y costos que ha tenido para el gobierno de George W. Bush, ha entregado a los medios de comunicación y por ende a la sociedad una cantidad de términos que han sido adoptados de manera natural por los medios de comunicación que se encargan de entregarlos a los televidentes pasivos los cuales hacen uso indiscriminado de ellos.
Los conceptos heredados por los medios y la puesta en práctica de dichos elementos no han hecho más que erosionar el campo del discurso político y por ende el espacio público en el que se desarrollan los individuos. De esta manera, la presente investigación pretende demostrar que mediante el engaño, la manipulación y la superposición de intereses particulares han erosionado el campo político, transformándolo y llevándolo hasta un punto máximo de fragilidad.
Dicha investigación se centra en el temática del discurso y lo político, que fue definido por el profesor como: “el estudio de la relación moderna entre un orden discursivo público-político y un conjunto de reglas y exigencias formales que configuran el ejercicio de lo político, el uso público de la razón. Observa los límites, las tensiones, la destitución y transfiguración de la palabra política moderna, como proceso de transmutación y fragilización de lo político”
Definitivamente, el proceso de evolución descrito por Darwin, no se está cumpliendo a cabalidad en algunos sectores de la población mundial. Un gran número de seres humanos se está entregando completamente al estilo de vida del “Homo Videns” , es decir, aquel hombre que se deja atrapar por la frivolidad de las imágenes, de los medios de comunicación y de todas aquellas realidades que le son presentadas.
Debido a esto, los libros empastados, las bibliotecas y las revistas de papel están destinadas a desaparecer, porque el nuevo hombre que habita la Tierra no está dispuesto a buscar el conocimiento por sí mismo, prefiere que otros le entreguen la ilusión necesaria para poder vivir, y que otros piensen por él aunque sus intereses se vean notoriamente afectados.
La entrega de esa ilusión necesaria, y la presentación de realidades que favorecen intereses personales, son dos elementos que motivaron la presente investigación, con la idea de mostrar a la población que muchas veces esas cabezas frías y pensadoras no hacen más que subyugar a la sociedad mediante la retórica, los hechos alterados, y ciertos recursos psicológicos para manipular y alcanzar sus objetivos políticos o económicos.
La capacidad de pensar, razonar, de elegir y de comunicarse por medio del lenguaje oral, escrito, gestual etcétera, son algunos de los elementos que distinguen al hombre de los animales y que le han permitido, desde el origen de las civilizaciones, poder organizarse. Sin embargo, estas cualidades no sólo le han servido para expresar sentimientos, emociones o sus necesidades apremiantes, sino que también ha permitido la adquisición de poderes e influencias sobre los demás individuos de una población.
A lo anterior, debemos sumar que el hombre es un animal político y gregario por naturaleza, lo que es determinante a la hora de analizar las relaciones que se establecen al interior de una comunidad, puesto que éstas se ven sometidas a modificaciones y ajustes, lo que significa que la sociedad está en un constante cambio estructural.
Una vez que hemos identificado al hombre como un ser político, gregario y capaz de comunicarse, es necesario hablar del o los efectos que las comunicaciones tienen sobre la vida de los individuos. Al respecto debemos señalar que la comunicación es algo que pertenece y que está al servicio de todos. De esta manera, podemos entender que a través de la comunicación y del lenguaje se da origen a las civilizaciones, al entendimiento y estructura de éstas, puesto que a través de dicho proceso se da a conocer lo que en ella transcurre, entiéndase medios de prensa, escritos, televisivos o multimedia les, los que originan comentarios, rumores, opinión y por supuesto la opinión pública, que corresponde a la suma de los diversos puntos de vista que tiene una sociedad acerca de un determinado tema.
La suma de lo anterior, nos lleva a establecer que la comunicación y la política se encuentran estrechamente ligadas, ya que en base a sistemas de comunicaciones eficientes se obtiene una mejor organización política social, lo que se traduce en el desarrollo y construcción de sociedades más dinámicas y por ende más eficientes. Con esto, también podemos señalar que la política ha determinado la forma y el destino que han seguido las sociedades.
Actualmente, con el proceso de la globalización que vive el mundo y el abismarte desarrollo de las comunicaciones, podemos señalar que la comunicación es fundamental para la consecución de objetivos ideológicos, políticos, económicos, sociales, religiosos y militares. Por esta razón, la comunicación política se ha desarrollado como un tema de vital importancia, puesto que se hace necesario que los gobernantes y gobernados, establezcan mecanismos recíprocos de comunicación.
Como consecuencia de lo señalado anteriormente, podemos establecer que hoy en día la política demanda un mayor uso de los medios de comunicación masiva, puesto que el político moderno, los comunicadores, empresarios, los Estados y los ciudadanos, necesitan entrar de manera más incisiva en el juego de la democracia. Todo esto se hace, ya que los objetivos planteados necesitan ser planeados, además de prever los riesgos. Son estos factores los que nos han llevado a formular una serie de interrogantes con respecto al rol de las comunicaciones en la política y cómo a través de la difusión de discursos políticos un gobernador puede implementar sus objetivos en una cultura que es totalmente distinta a la suya en todos los ámbitos.
Para continuar con la investigación de los discursos emitidos por la máxima autoridad de los Estados Unidos, el presidente George W. Bush, es necesario que se definan elementos que componen un discurso propagandístico. De esta manera, A partir de la definición de discurso, podemos hablar del objeto de investigación en sí, el que en este caso corresponde al discurso político. “El discurso político permite a quien lo domina, influir en los demás, obtener cierto poder y mejorar las relaciones sociales mediante el reconocimiento público, a la vez que le da mayor confianza y seguridad en sí mismo. Por ello Platón, al referirse a esta habilidad retórica, lo definía como “el arte de regir la mente de los hombres”.
Pero esta condición discursiva que poseen los hombres se topa con nuevos elementos que también deben ser presentados para realizar este análisis. Unos de los conceptos que se mezclan en esta distorsión del discurso político y sus consecuencias en la esfera pública es la construcción de la realidad social. “La realidad social es creada por nosotros para nuestros propósitos, y nos parece tan prestamente inteligible como los propósitos mismos”
La comprensión del discurso como texto y como acto de habla depende de varios factores cognoscitivos importantes, que incluyen los conocimientos, las creencias, los deseos, los intereses, los objetivos, las actitudes, las normas y los valores de los usuarios de la lengua. Como estos factores a su vez están influidos por la comprensión del discurso, debemos investigar cómo se forman y se transforman por medios de mensajes verbales. Este problema fundamental es una de las tareas principales de la psicología social, del estudio de la comunicación de masas y de la comunicación política. Estas disciplinas examinan cómo un individuo es influido por el discurso de otro y cómo grupos de individuos son así influidos por procesos de comunicación pública en el contexto social.
Pero dicha influencia y las consecuencias que la distorsión del discurso político pueda generar en quienes se ven sometidos a ella, está dada por el papel que cumplen los medios de comunicación masiva, que a durante el siglo XIX, se hicieron necesarios para desarrollar una forma de mostrar lo que se quería mostrar, institucionalizando la forma de producción de mensajes a gran escala precipitando la aparición del Homo Videns y Homo Faber. Esta comunicación de masas se caracteriza por ser abierta, capaz de llegar a una audiencia heterogénea, estableciendo una relación entre quien la emite (emisor) y quien la recibe (receptor), de corte impersonal.
Dichas cualidades le permiten a la comunicación de masas influir en las conductas o comportamientos de una sociedad. Por esta misma razón, fue que durante la guerra de Irak y Afganistán – protagonizada por los Estados Unidos y una colación de países por la paz, aprovecharon los medios de comunicación masiva para crear una videocracia, con la cual alimentaron, manipularon, fabricaron una realidad de acuerdo a sus intereses para crear consenso en la opinión pública y evitar que ésta se manifestara en contra del conflicto.
El bombardeo constante con información pretendía formar una opinión pública menguada, de poca sustancia analítica, discursiva, restándolo de todo tipo de participación ciudadana crítica y reprochable hacia los actos desmesurados del uso incorrecto del poder por parte de las autoridades. Por tanto y de acuerdo a la tesis de Sartori, pasamos de un “homo sapiens”, producto de la cultura escrita, al “homo videns”, que es producto de la imagen. Es más, el autor afirma que la televisión en la época actual no sería solo un instrumento, sino que es una “paideia”, un medio que genera un nuevo “ántropos”, esto es, un nuevo tipo de ser humano.
La utilización siniestra de los medios de comunicación masiva y en especial en el caso de la invasión ambos países del Medio Oriente, no hace más producir efectos nocivos en el espacio político público en el cual una pequeña nómina de políticos o personajes que ostentan el poder pueden poner como temas principales los que ellos consideren para la consecución de sus objetivos, lo que trae como consecuencia un desplazamiento hacia la oscuridad pública a los pequeños grupos o aquellos que no están de acuerdo con su pensamiento. En una sociedad donde prima el valor de lo visible, se produce la paradoja que de la mayoría pasa al estadio de lo invisible, queda fuera de la huella mediática y por tanto, no existe.
Pero cuál es el efecto más notorio e inmediato de esta influencia de la imagen en la manipulación de la una opinión pública y en el discurso de la comunicación política. La consecuencia de dicha intervención es que el pueblo se debilita, no decide la solución de los temas, no ejerciendo sus derechos como ciudadanía y entregando el poder de decisión sólo a una elite administrativa.
De acuerdo con las ideas de Sartori, podemos coincidir en que existe un aumento de un demospoder, es decir un poder que no corresponde con el demo saber que es el ideal de la democracia. Este demospoder, ha creado una multitud solitaria, que no es más que un conjunto de individuos diseminados que han perdido la noción de personas y que no son capaces de actuar como una organización, comunidad, sociedad o bloque para manifestarse en contra de aquello que los afecta.
Es necesario reconocer que en la sociedad moderna, tanto a nivel individual y de la sociedad, el hombre ha perdido su libertad, puesto que se olvidó de la razón o “logos” y poniendo énfasis en un instrumento como la televisión, o más bien dicho, está determinado por ésta.
De esta manera, podemos plantearnos la siguiente pregunta: ¿es que el hombre ha perdido su libertad? O mejor dicho, ¿ha entregado su libertad y capacidad de decisión al instrumento creado por él mismo?, provocando una dependencia total de éste al momento de tomar decisiones, decidir y velar por el orden que regirá su vida.

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