13 diciembre 2006

Fabricando delitos que hacen noticias.Comentario acerca de la disertación sobre el conflicto mapuche ( Luis Aravena Vargas)

El uso que hacen los noticieros con el tema del conflicto mapuche sólo nos deja como conclusión una televisión que se encarga de maltratar a un grupo minoritario que, mediante una organización, se encarga de pelear por sus tierras ancestrales. A diferencia de los grupo que pelean por derechos humanos u otros temas que conciernen al ámbito de lo político y económico, los medios chilenos aíslan, discriminan, distorsionan y transforma en delincuentes a una comunidad que no encarna los cánones del sistema imperante.
Pero qué podemos exigir a los medios de comunicación su nuestra propia historia se encarga de marginar a la población indígena, restándole todo tipo de reconocimiento y participación en la vida pública del país. De esta manera, la televisión se encargaría de traducir este mensaje político en una reafirmación de historia de negación, exclusión socio-económica y discriminación por parte de la sociedad mayoritaria.
Podemos observar que la televisión actúa como Paideia, que educa, que muestra cómo debemos pensar, actuar y comportarnos frente a las realidades que –según ésta- son representaciones idénticas de lo que sucede, pero que no obedece a otras cosa que la consecución de objetivos económicos por parte de quienes manejan los medios de comunicación.
Si miramos un poco más allá, podemos ver que esta demonización que hacen los medios de comunicación de la figura de las comunidades mapuches, vulnera groseramente el derecho a la información que posee cada uno de nosotros y a la vez contradice uno de los principios fundamentales del periodismo que es informar de manera veraz, velando por el bien común de la sociedad, cumpliendo un rol educador y formador de una opinión pública informada y no por los de elites que buscan mantener desinformada a una población con la idea de evitar que ésta se manifiesta en contra de los abusos de poder que diariamente se cometen contra ella y que son avalados por el mismo estado.
Lamentablemente y con una visión bastante apocalíptica, debemos reconocer que el conflicto mapuche esta condenado a desaparición en los medios de comunicación o bien, a una constante distorsión de todo tipo de actividades que hagan las comunidades en pos de la recuperación de sus terrenos. Porque debemos ser justos: los problemas medioambientales, étnicos, de redistribución de la riqueza y todos aquellos temas que no aparecen en la televisión no son importantes porque los medios y sus dueños no lo estiman así y por tanto, si no están en la “cajita idiota” no existe.

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